“Hay gente tan sumamente pobre que sólo tiene dinero.”
Y otra vez, también por azares, esa verdad se retorcía y restregaba en mi cara, cual sentencia de por vida:
“Tanto tienes, tanto vales, nada tienes, nada vales”
Y ambas veces, créanmelo, los azares estaban en lo cierto; aun cuando parecen contradecirse.
En este post trato de abarcar todo lo concerniente al Dinero, tal cual su concepto más amplio y empírico, y desde su concepción como fenómeno social.
En este viaje por su historia partiremos desde su surgimiento y pasaremos por sus momentos más trascendentes hasta su posicionamiento como algo imprescindible y obligado en toda sociedad.
Aclaro que acá no encontraremos fórmulas fantásticas para hacer dinero, ni mucho menos posiciones filosóficas o tendencias en pro ni en contra de semejante invento.
Ni uno: Ni lo otro:
Solo pretendo que tengamos un momento de reflexión sobre algo que surgió ante la necesidad de dar valor a las cosas y poder intercambiarlas. Esa necesidad que tenemos los humanos desde que somos humanos.
Este mismo análisis, estoy seguro, nos llevará a reflexionar sobre cómo actuamos los seres humanos, y quien quita, entendamos muchos otros cuestionamientos que nos hacemos a diario.
“Pocos temas ocupan tantas mentes o estimulan tantas emociones como el dinero...”
Comencemos entonces...
¿Qué es el Dinero?
La palabra Dinero es derivada del latín denarium, el cual era una moneda que utilizaron los romanos para realizar sus actividades comerciales.
La aparición del dinero constituye uno de los grandes avances de la civilización humana en toda su historia.
Entendemos por dinero cualquier medio de cambio generalmente aceptado para el pago de bienes y servicios y la amortización de deudas.
El dinero también sirve como medida del valor para tasar el precio económico relativo de los distintos bienes y servicios.
El dinero se desarrolló en muchas áreas del mundo y en distintas épocas y no solo por razones económicas.
El intercambio de cosas entre seres humanos es la actividad básica en todas las culturas desde siempre y pudo facilitarse gracias a la aparición de las monedas y el dinero en general.
¿Cuáles son sus funciones?
Facilitar el intercambio de mercaderías por tratarse de un bien convencional de aceptación general y garantizado por el estado.
Actuar como unidad de cuenta, es decir, expresar en determinadas unidades los valores que ya poseen las cosas. En este caso, se denomina función numeraria.
Patrón monetario. Regulación de la cantidad de dinero en circulación en una economía, a través de una paridad fija con otro elemento central que lo respalda, que puede ser un metal precioso o una divisa fuerte de aceptación generalizada en el ámbito internacional para todo tipo de transacciones comerciales.
Su historia
Desde tiempos remotos el hombre ideó sistemas para dar valor a las cosas y poder intercambiarlas, primero se utilizó el trueque, después el intercambio y luego surgió el dinero.
Las primeras monedas que se conocen, se acuñaron en Lidia, la actual Turquía en el Siglo VII A. de C., eran de electro aleación natural de oro y plata, ya que para todos los pueblos el oro era el metal más valioso seguido de la plata, patrón que se traslado a la fabricación del dinero.
Durante siglos en Grecia, casi 500 Reyes y 1.400 ciudadanos, acuñaron sus propias monedas, y se estableció la costumbre de adornar cada moneda con el dibujo de su emblema local y se creó el primer sistema monetario unificado, que, con la caída del imperio se derrumbó, entonces obispos, nobles, propietarios y diversas localidades se dedicaron a acuñar monedas, esta dispersión fue habitual hasta la época de CARLO MAGNO, que reformó el sistema en el siglo VIII y devolvió el control de su emisión, al poder central.
El pionero en utilizar billetes, fue el emperador mongol, KUBALI KHAN en el Siglo XI, para él, era el certificado de propiedad de una cantidad de monedas de oro en Europa, en sus inicios, los billetes eran certificados sobre la existencia de un depósito de oro en un banco.
A finales del Siglo XVI, cuando el público empezó a usarlo para saldar deudas y realizar pagos, los bancos emitieron certificados por cantidades fijas, los primeros billetes oficiales se emitieron en 1694, por el Banco de Inglaterra, así nació un nuevo tipo de dinero, el fiduciario, a diferencia de las monedas de la época, el billete solo tenía valor representativo.
Históricamente, nació primero la cédula del Banco Nacional de San Carlos 1798, segundo, la primera emisión de billetes del Banco de España 1856 y tercero, los billetes de 50 Ptas., que circularon en la república española de 1931.
Si hoy hablamos de salario, es porque en un tiempo los soldados de la Antigua Roma recibían su paga en sal, y si usamos las palabras pecunia y pecuniario, es porque el ganado, también en Roma, se usó como medio de intercambio, y pecus, en latín, significa "ganado". Por eso, implantada la moneda, los romanos hablaban de pecunia pesata cuando las monedas se pesaban para determinar su valor, y de pecunia numerata cuando, en una fase más avanzada, ya no había que pesarlas, pues se les asignaba un valor numérico fijo.
El dinero se desarrolló en muchas áreas del mundo, remotas entre sí, y en distintas épocas. Surgió además, por razones que no fueron sólo económicas y comerciales, sino políticas, religiosas y sociales (por Ej. Pagar tributos que los gobernantes exigían, presentar ofrendas a los dioses, comprar una esposa, pagar la dote al novio, o indemnizar a víctimas de delitos).
Primeros tipos de Dineros
Las Conchas:
Usadas como moneda durante miles de años en grandes zonas de África, el Océano Índico y Oceanía.
Aún en la actualidad hay indicios de que todavía su uso no se ha extinguido del todo:
Cuando los japoneses invadieron Nueva Guinea en 1942, distribuyeron gratuitamente cauríes, de tal forma que causaron un descenso en su valor, perjudicando la estabilidad económica y financiera de la zona.
El Cacao:
Moneda en la América precolombina y en los primeros años de la colonización.
Estas almendras de cacao utilizadas como moneda dieron lugar a fraudes:
vaciaban, con gran cuidado, el interior de la semilla para rellenarla con arena.
Plumas Exóticas:
Diversas culturas de la América prehispánica hicieron uso de las plumas de aves exóticas como el quetzal y otras.
La Sal:
Amplias zonas del mundo, fundamentalmente desérticas, usaron la sal de la roca como valor de referencia en sus intercambios comerciales.
Durante el imperio romano el trabajo se pagaba con sal puesto que este es un producto imprescindible para la conservación de alimentos. De ahí viene que actualmente utilicemos la palabra “Salario”.
El Ámbar:
Resina fósil de los árboles de hace 300 millones de años, utilizada como moneda en la antigüedad, tanto por su belleza como por su durabilidad.
Actualmente se utiliza fundamentalmente en joyería.
En ocasiones estas piezas incluyen fósiles de insectos. Concretamente en Peñacerrada (Araba) se ha encontrado recientemente un yacimiento de este tipo. El yacimiento más importante está en la costa sur y oriental del mar Báltico.
Las Pieles:
Han convivido con el dinero convencional en amplias zonas del mundo casi hasta nuestros días. Además de su utilidad para protegerse del frío, las pieles de muchos animales se han utilizado en diferentes regiones y épocas a lo largo
de la historia como moneda de intercambio de otros bienes.
Cereales:
Junto con las legumbres, han sido un antiguo patrón de intercambio en culturas no relacionadas entre sí: México, China, Egipto, etc.
En las islas Filipinas, hasta hace muy poco tiempo se utilizaba el arroz como patrón de cambio.
Especias:
La escasez de especias en Europa las convirtió en elemento de intercambio desde antes de la edad media. Las especias venidas de Oriente fueron muy valoradas por sus variadas aplicaciones, lo que las convirtió en un valioso instrumento de cambio.
La ruta de las especias dio lugar a los grandes descubrimientos durante el Renacimiento.
El Cobre:
Metales no preciosos como el cobre y el hierro, en forma de varillas y utensilios, se usaron como dinero para pagos menores.
El uso de los metales como base y medida de valor dentro de las transacciones se generaliza dada su inalterabilidad, maleabilidad, divisibilidad, además de ser aceptados en casi todos los mercados.
La Plata:
Metal precioso que en crudo, polvo o batido, circuló de mano en mano, siendo su peso el criterio de intercambio.
En la época medieval, la plata fue más valiosa que el oro. Hoy la plata se utiliza en electrónica, para platear en joyería, y en la industria fotográfica.
El Oro:
Su importancia como medio de pago le viene dada por ser escaso y perdurable. Al igual que en el resto de metales era valorado según su peso.
Su uso, atendiendo sólo al peso, se extiende hasta la actualidad. La fiebre del oro llevó a las gentes a vivir en zonas de la Tierra que van desde el Ártico helado hasta el desierto abrasador. El oro ha sido patrón de valor hasta hace pocos años en Europa, y su mercado sigue moviendo mucho dinero en nuestros días.
Las Monedas:
Su aparición soluciona el doble problema de peso y número.
El valor de las piezas de metal estaba relacionado con su peso. Para evitar esta incomodidad nace la moneda. De esta manera su valor se rige por sus inscripciones y dibujos.
¿Cuándo aparece el Papel Moneda?
Otra vez los chinos fueron los primeros. Ya en el siglo IX d. C., durante la dinastía Tang, aparecieron los primeros bancos en los que la gente depositabasus monedas y a cambio se le extendía un certificado por el importe depositado que servía como medio de pago. Así la gente no tenía que movilizarse con las
pesadas piezas de plata.
En Occidente recién en el siglo XIV comenzó a utilizarse este sistema que llegó a imponerse con el tiempo.
En Europa aparecen hasta el siglo XVII los primeros ejemplos de papel moneda, por su expresa impresión o porque el uso los dio dicha condición, como es el caso de los pagarés o promesas de pago contra una cantidad depositada en los comercios especializados que empezaron a denominarse bancos.
Durante el siglo XVIII se irán fundando bancos para satisfacer las necesidades financieras de los estados y los particulares, sustituyéndose gradualmente sus emisiones iniciales de pagarés, vales, bonos, etc., por billetes. Así, en España, el Banco de San Carlos, antecedente del Banco de España, lanzó su primera emisión de billetes en 1783.
Ya en el siglo XIX, por el enorme impulso que recibieron los bancos con la gran demanda financiera que la revolución industrial trajo consigo, es que el papel moneda se afianza definitivamente.
En 1874 el Banco de España se establece como único banco emisor nacional. Por entonces, en cada país, eran múltiples los bancos que emitían sus propios billetes, garantizando muy difícilmente la convertibilidad de los mismos con sus reservas de metales preciosos. Es la centralización de la emisión de un solo banco controlado por los gobiernos, unida a los avances en las artes gráficas, lo que permite apreciar en el papel moneda su utilización como testimonio del “espíritu oficial” de la época: junto a la expresión de su poder liberatorio en el pago de las deudas, en sus anversos y reversos se representan unos personajes contemporáneos o históricos, anónimos o distinguidos, monumentos, paisajes …, que no son sino símbolos propuestos por el poder político del momento como síntesis representativas e idealizadas de identificación colectiva.
El Dólar, su fascinante historia
En 1535, el hijo de Felipe el Hermoso y de Juana la Loca, quien llega a ser conocido con los nombres de Carlos I Rey de España y Carlos V Emperador de Alemania, ordena que en las recién descubiertas minas de plata en el territorio de lo que hoy es México, se empiece a acuñar una moneda similar a la que se utilizaba en Europa con el nombre de thaler; nombre que es una abreviatura de Joachimsthaler, el valle al norte de Bohemia en el cual se encontraban las minas de plata que proveían el metal para acuñarla.
Los españoles residentes en México cumplieron la orden y acuñaron los thaler. Sin embargo, al no estar familiarizados con la letra “th” sino con su correspondiente sonido “d”, sustituyen las dos letras y bautizan la nueva moneda con el nombre de ‘daler’.
Pero la iniciativa de los acuñadores fue más allá y -recordando su travesía y su origen- tallan en los daler las dos columnas de Hércules reluciendo contra un horizonte formado por las costas del viejo y el nuevo mundo. Esta efigie estilizada origina la figura de una ‘S’ cruzada por dos barras verticales, la que eventualmente llega a ser el símbolo del daler. Y de la riqueza.
En el primer siglo de acuñación, los daler de plata fluían casi en su totalidad directamente a España. Se calcula que entre 1540 y 1650, en el antiguo reino moro de Granada –en lo que hoy es la provincia de Andalucía, al sur de España- el exceso en la circulación de monedas de plata, generó un aumento en el nivel de precios superior al 600 por ciento en un mundo donde la inflación era entonces un fenómeno desconocido. Pero a mediados del Siglo XVII, los daler comenzaron a circular también en territorio mexicano.
Pero en las colonias inglesas asentadas al norte de México, sin minas de plata, si algún daler ingresaba a ellas, su contenido de metal era inmediatamente reciclado para fines más prácticos. Por otro lado, desde sus primeros asentamientos, los colonos ingleses habían aprendido a usar como dinero cualquier objeto que se presentará más o menos manejable, incluyendo hojas de tabaco, pieles, sal, conchas y, en años previos a la revolución, el papel.
Fue precisamente la moneda de papel lo que ayudó a financiar la revolución y liberación de Norteamérica. En 1751, Benjamín Franklin viaja a Londres para solicitar a los miembros del Parlamento Inglés que permitiesen a sus colonias de América imprimir moneda, ya que así podrían dejar de depender de los envíos de las libras esterlinas que llegaban tarde, mal o nunca. La petición de Franklin fue diplomáticamente escuchada, antes de ser toscamente negada. Sin embargo Franklin era un hombre práctico y, antes de retornar a Norteamérica, adquirió la mejor imprenta que su profesión de físico le aconsejaba. Pocos años después, esa imprenta demostró su eficacia al imprimir todos los billetes ‘continental’ requeridos para pagar los gastos de la revolución y liberación de los Estados Unidos.
La necesidad de contar con una nueva moneda, es percibida por Alexander Hamilton, Secretario del Tesoro en el gobierno de George Washington, quien propone y logra que Estados Unidos –con decreto legal suscrito el 4 de abril de 1792- adopte como moneda propia al daler mexicano, que pronto comienza a ser denominado ‘dollar’ bajo la fonética de la lengua inglesa.
El dólar de plata sobrevivió hasta comienzos de Siglo XX. El 1 de marzo de 1900, el presidente William MacKinley -que había declarado la guerra a España- oficialmente decretó que a partir de ese día el valor del dólar dejaba de ser cotizado en plata y comenzaba a ser cotizado en oro. Ese antecedente sirve para que, poco antes de finalizar la Segunda Guerra Mundial, los países vencedores que se habían reunido en el hotel "Mount Washington", ubicado en un centro vacacional denominado Bretton Woods, decidan, entre otros asuntos, que las futuras transacciones que realicen entre sí los países del mundo occidental, debían efectuarse en dólares y que, a su vez, los Estados Unidos se comprometían a entregar una onza de oro por cada 35 dólares, cuando cualquier país así lo requiriese. Es decir, internacionalmente se aceptaba el compromiso de hacer funcionar al patrón-oro en todo su esplendor. La aceptación del dólar como moneda universal se basaba, desde luego, en el reconocimiento de una innegable realidad: la existencia de un país lo suficientemente rico como para que todos crean que esos papeles de color verde –frase de Milton Friedman- en efecto podrían ser cambiados por oro. Pero como los acuerdos internacionales solo son inviolables hasta que alguien con poder suficiente decide violarlos, el 15 de agosto de 1971, el presidente Nixon anunció que su gobierno había adoptado la medida monetaria más revolucionaria del Siglo XX. La ‘revolución’ consistió en anular el compromiso de pagar con oro el valor del dólar. Así se puso en práctica la receta de algún legendario alquimista, solo que en dirección inversa: el patrón oro se transformó en patrón papel.
Los hechos que sucedieron después son bastante conocidos:
la emisión de dólares sin respaldo deterioró su cotización frente a otras monedas del Primer Mundo; la inflación mundial, un suceso desconocido hasta ese entonces, amenazó con aprisionar a todo el mundo occidental; se facilitó el financiar e inflar la deuda del tercer mundo; y, la disciplina monetaria quedó sujeta a la voluntad de los gobiernos de turno.
Monedas nacionales llamadas "Dólar"
Dólar australiano
Dólar de Barbados
Dólar de Bahamas
Dólar de Bahrein
Dólar de Belize
Dólar de Bermudas
Dólar de Brunei
Dólar canadiense
Dólar estadounidense
Dólar de las Islas Caimán
Dólar del Caribe Oriental
Dólar de Fiji
Dólar de la Guyana
Dólar de Hong Kong
Dólar jamaicano
Dólar liberiano
Dólar malayo
Dólar de Namibia
Dólar neozelandés
Dólar de Singapur
Dólar de las Islas Salomón
Dólar de Surinam
Dólar Trinitario
Dólar de Zimbabwe
La Dolarización
La dolarización se define como el uso, de forma legal en un país determinado, de una moneda extranjera en las diferentes actividades que sus habitantes realicen y que necesiten la utilización de dinero.
Este nombre puede confundir un poco si no se conoce sobre el tema. Inicialmente, se puede pensar que una dolarización implica que un país acepte dólares de forma legal en las diferentes actividades que requieran dinero, pero una dolarización no se refiere al uso de dólares únicamente, puede ser el uso de cualquier otra moneda, diferente a la moneda nacional, dentro del territorio del país determinado.
En la mayoría de casos, los países tienen una moneda propia: Colombia tiene el peso colombiano, Venezuela tiene el bolívar, Estados Unidos tiene el dólar, y así para la mayoría de países. La moneda puede hacer parte de un simbolismo o de una tradición nacional. Sin embargo, una razón muy importante por la cual los países buscan tener una moneda propia es el control que éstos pueden tener sobre las emisiones de dinero (noción que se conoce como “señoraje”).
Las emisiones de dinero o “señoraje”, que es hacer dinero y ponerlo en el mercado, las realiza generalmente el banco central (en el caso de Colombia las hace el Banco de la República). Lo anterior le permite a un país poder tener control sobre algunas actividades económicas, todo esto en busca de la estabilidad de la economía nacional.
La dolarización generalmente se realiza cuando una economía nacional ha tenido crisis profundas que hacen que la moneda local pierda mucho valor frente a monedas extranjeras, creando un ambiente de desconfianza e incertidumbre en la economía del país (principalmente sobre la moneda).
Con una economía dolarizada, las relaciones comerciales se facilitan puesto que las partes que negocian no han de realizar sus actividades con diferentes monedas, disminuyendo, de esta forma, costos por conversión y cambios de monedas. De la misma forma, existe una mayor posibilidad de obtener más y mejores créditos de instituciones o bancos extranjeros al negociar con una moneda más fuerte que tenga menor posibilidad de perder valor frente a otras, lo que genera una mayor confianza por parte de las instituciones en la negociación.
Otro tipo de sistemas relacionados con la dolarización son los sistemas bimonetarios. En estos sistemas se admite el uso de una moneda extranjera, la cual predomina en algunas actividades como los depósitos bancarios, pero no se elimina el uso de una moneda local, la cual se utiliza principalmente en el pago de impuestos o salarios y en las transacciones oficiales.
Un ejemplo de dolarización es el caso de Panamá.
Historia del Euro
La moneda fue introducida oficialmente el 1 de enero de 1999, cuando dejaron de existir como sistemas independientes las monedas de los once países de la Unión que se acogieron al plan de la moneda única, la denominada zona euro: Alemania, Austria, Bélgica, España, Finlandia, Francia, Irlanda, Italia, Luxemburgo, Países Bajos y Portugal.
El 1 de enero de 2001 se incorporó Grecia. Sin embargo, debido al período de fabricación requerido para los nuevos billetes y monedas, las antiguas monedas nacionales, a pesar de haber perdido la cotización oficial en el mercado de divisas, permanecieron como medio de pago hasta el 1 de enero de 2002, cuando fueron reemplazadas por billetes y monedas en euros. Tanto las monedas como los billetes tuvieron un período de coexistencia con las anteriores monedas nacionales hasta que fueron retiradas de la circulación.
Este período de coexistencia tuvo diferentes calendarios en los países que adoptaron el euro.
Dinamarca, el Reino Unido y Suecia no han adoptado la moneda única. Dinamarca rechazó el euro en un referéndum llevado a cabo el 28 de septiembre de 2000, con una participación del 86% y donde el 53,1 por ciento de los votantes se manifestaron contra la adopción del euro. El referéndum sueco del 14 de septiembre de 2003, días después del asesinato de la ministra Anna Lindh, impulsora de la adopción del euro, resultó en poco más del 56 por ciento del electorado votando en contra. La cuestión queda así pospuesta por al menos cinco años, transcurridos los cuales podrá repetirse el referéndum.
En julio de 2002, el euro sobrepasó la paridad con el dólar estadounidense en el mercado de divisas por primera vez desde febrero de 2000, y se ha mantenido en esta situación. En noviembre de 2004 el euro alcanzó una cotización con respecto al dólar estadounidense de $1,33, el máximo valor de cambio desde su introducción. Sin embargo, antes de su introducción física, el euro había alcanzado cotizaciones superiores respecto al dólar.
Los billetes —de 5, 10, 20, 50, 100, 200 y 500 euros— son idénticos para los doce países. Las monedas —de 1, 2, 5, 10, 20 y 50 céntimos y 1 y 2 euros— tienen la misma "cara" en todos los países pero distinta "cruz".
Las monedas, sea cual sea su cruz nacional, son de validez en cualquier país de la zona euro.
El diseño de los billetes es de Robert Kalina del Banco Central de Austria. El diseño de la cara común de las monedas es obra de Luc Luycx de la Real
Fábrica de Monedas de Bélgica.
El símbolo del euro (€), desarrollado por la Comisión Europea, se inspira en la letra épsilon (ε) del alfabeto griego. Se escogió este símbolo como referencia a la inicial de Europa, E. Las dos líneas paralelas hacen referencia a la estabilidad dentro del área euro.
La abreviatura internacional oficial para el euro es EUR y ha sido registrada en la Organización Internacional de Normalización (ISO); se utiliza con fines empresariales, comerciales y financieros.
Emisión del Dinero
Emitir dinero quiere decir imprimir e inyectar dinero en el mercado.
Existen dos sistemas de emisión:
1. El de libertad: Éste establece que cualquier entidad bancaria puede emitir dinero como una de sus funciones.
2. El de reglamentación: En el cual esta labor la cumplen uno o varios establecimientos autorizados por el Estado. Existe el sistema de reglamentación con monopolio, en el cual un solo establecimiento está autorizado para realizar emisiones. Este es el caso más común en la actualidad. Generalmente, la labor de emitir dinero está a cargo de los bancos centrales del mundo, de manera que éstos producen las monedas y los billetes que circulan en la economía de cada país.
Fabricantes de dinero:
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